Lo llaman la trampa del “trabajo doméstico” en la Universidad. Son tareas invisibles, no remuneradas, que no cuentan para promocionar y progresar en la carrera académica. No hay datos sobre cómo afecta a los profesores, pero diferentes estudios internacionales apuntan a que las grandes perjudicadas son las mujeres. “Ellas se involucran más en construir comunidad dentro de la universidad, participan más en comisiones de distintas materias, grupos de discusión, organizan actividades o destinan más tiempo a la atención de los alumnos. Son horas que pierden para la investigación”, dice Thamar Heijstra, profesora de la Universidad de Islandia y coautora de varios estudios sobre el rol de las mujeres en la educación superior en Europa…
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